Cultura

Antonio Gramsci ¿Revolución Cultural? R.P. SJ Alfredo Sáenz y el filósofo Silvio Maresca


Frases de Don Juan Manuel de Rosas.


Honor:

Creo haber llenado mi deber con mis conciudadanos y compañeros. Si más no hemos hecho en el sostén de nuestra independencia, nuestra identidad, y de nuestro honor, es porque más no hemos podido.

Argentina:

Durante el tiempo en que presidí el gobierno de Buenos Aires, encargado de las Relaciones Exteriores de la Confederación Argentina, con la suma del poder por la ley, goberné según mi conciencia. Soy pues, el único responsable de todos mis actos, de mis hechos buenos como los malos, de mis errores y de mis actos.

Confianza:

Me propuse adquirir esa influencia a toda costa; para ello fue preciso hacerme gaucho como ellos, protegerlos, hacerme su apoderado, cuidar de sus intereses, en fin no ahorrar trabajo ni medios para adquirir más su confianza.

Anhelo:

(…) Con intenso anhelo, muy encarecida y humildemente, os suplico que, sin pérdida de tiempo, elijáis la persona que ha de sucederme en el mando supremo de la provincia.

Justo:

Las circunstancias durante los años de mi administración fueron siempre extraordinarias, y no es justo que durante ellas se me juzgue como en tiempos tranquilos y serenos.

elo autoritario y meramente electoralista, basado en la corrupción político-sindical que está llevando a este país sudamericano al límite de su propia autodestrucción. La violencia está latente en cada sector que se ve perjudicado por el accionar del gobierno de la Sra. Kirchner y su marido, el ex - presidente que oficia de Primer Ministro de facto, es quien domina la economía y los grupos sindicales y gremiales que operan de forma mafiosa a través de pactos y acuerdos clandestinos que perjudican cualquier acción ciudadana.


MUERTE A LOS SALVAJES INMUNDOS UNITARIOS

MUERTE AL CAPITALISMO Y AL COMUNISMO



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BANDERA NACIONAL ARGENTINA
Un poco de historia de nuestra bandera


Bandera Nacional Argentina de 1818



La bandera de Belgrano.


Belgrano es el creador de la bandera “Azul y blanca” y no la “celeste y blanca” que impusieron Sarmiento y Mitre. La bandera, creada en Rosario el 27 de febrero de 1812 por Belgrano inspirada en la escarapela azul-celeste del Triunvirato, debido al color de la heráldica, que no es azul-turquí ni celeste sino el que conocemos como azul. Nada tuvo que ver el color del cielo con que nos quisieron convencer.

Algunos utilizan el argumento para defender el celeste, por el hecho de que por la “sincera religiosidad de Belgrano”, este debió tomar el celeste de la virgen y no el azul. Sin embargo la “sincera religiosidad de Belgrano” no contradice el hecho de que usara al azul ya que algunos suponen que el azul-celeste de los patricios. fue tomado de la Orden de Carlos III, otros, de la inmaculada Concepción”, y otros que ambos colores (el blanco y el azul) fueron sacados del escudo de la ciudad de Buenos Aires, cuyos colores eran precisamente blanco y azul.” Lo cierto es que el Congreso sancionó la ley de banderas el 25 de enero de 1818 estableciendo que la insignia nacional estaría formada por “los dos colores blanco y azul en el modo y la forma hasta ahora acostumbrados”.

Tampoco fueron “celestes y blancas” las cintas que distinguieron a los patriotas del 22 de mayo, sino que eran solamente blancas o “argentino” que en la heráldica simboliza “la plata”. Fueron solamente blancas. La cinta azul se agregó como distintivo del Regimiento de Patricios. Pero tampoco era celeste, sino tomados del azul y blanco del escudo de Buenos Aires.

Bandera Nacional Argentina de 1830. 


Azul y blanca fue la bandera que flameó en el fuerte de Buenos Aires, en Ituzaingo durante la guerra con brasil, y en la guerra del Paraguay. En 1813, Artigas le agregaría una franja colorada (punzó) cruzada para distinguirse de Buenos Aires sin desplazar la “azul y blanca”. La bandera cruzada fue usada en Entre Ríos y Corrientes. La cinta punzó fue adoptada por los Federales, mientras los Unitarios, para distinguirse, usaron una cinta celeste, y no el azul de la bandera. Cuando Lavalle inició la invasión “libertadora” contra su patria apoyado y financiado por Francia,(Guerra franco-argentina ) también uso la bandera “celeste y blanca” para distinguirla de la nacional... “ni siquiera enarbolaron (los libertadores) el pabellón nacional azul y blanco, sino el estandarte de la rebelión y la anarquía celeste y blanco para que fuese más ominosa su invasión en alianza con el enemigo” (Coronel salteño Miguel Otero en carta Rufino Guido, hermano de Tomas Guido, el 22 de octubre de 1872. Memorias. ed. 1946, pág. 165).


Rosas y la bandera Nacional

Bandera de Vuelta de Obligado.



Rosas, para evitar que al desteñirse por el sol, se confundiera con la del enemigo, la oscurece más, llevándola a un azul-turquí. ¿Por qué Rosas eligió el azul turquí? Por varias razones: porque el “azul real” es más noble y resiste por más tiempo, al sol, a la lluvia, etc. El Restaurador pensó que el color argentino era el azul, porque asi lo estableció el decreto de la bandera nacional y de guerra del 25 de febrero 1818, y también porque el celeste siempre fue el color preferido de liberales y masones. Fue la bandera que, sin modificarse la ley flameó en el fuerte, en la campaña al desierto (1833 – 1834) en la Vuelta de Obligado y en El Quebracho en 1845,) y la misma que fue saludada en desagravio por el imperio inglés con 21 cañonazos.

El 23 de marzo de 1846 Rosas le escribió al encargado de la Guardia del Monte, diciéndole que se le remitiría una bandera para los días de fiesta, agregando que "...Sus colores son blanco y azul oscuro con un sol colorado en el centro y en los extremos el gorro punzo de la libertad. Esta es la bandera Nacional por la ley vigente. El color celeste ha sido arbitrariamente y sin ninguna fuerza de Ley Nacional, introducido por las maldades de los unitarios. Se le ha agregado el letrero de ¡Viva la Federación! ¡Vivan los Federales Mueran los Unitarios!".

La misma bandera se izó en el Fuerte de Bs.As. el 13 de abril de 1836 al celebrarse el segundo aniversario del regreso de Rosas al poder. La misma bandera que Urquiza le regala a Andrés Lamas y que hoy se conserva en el Museo Histórico Nacional de Montevideo.

Rosas, quiso que las provincias usaran la misma bandera y evitaran el celeste, y con ese propósito mantuvo correspondencia, entre otros, con Felipe Ibarra, gobernador de Santiago del Estero, entre abril y julio de 1836. "Por este motivo debo decir a V. que tampoco hay ley ni disposición alguna que prescriba el color celeste para la bandera nacional como aun se cree en ciertos pueblos." (José Luis Busaniche) "El color verdadero de ella porque está ordenado y en vigencia hasta la promulgación del código nacional que determinará el que ha de ser permanente es el azul turquí y blanco, muy distinto del celeste." Y le recordó que las enseñas nacionales que llevó a las pampas y la del Fuerte, tenían los mismos colores, y que las mismas banderas para las tropas fueron bendecidas y juradas en Buenos Aires.

Rosas uso la azul y blanco y le adicionó cuatro forros frigios en sus extremos, según Pedro de Angelis, en honor a los cuatro acontecimientos que dieron nacimiento a la Confederación Argentina: el Tratado del Pilar del 23 de febrero de 1820)(que adoptó el sistema Federal), el Tratado del Cuadrilátero (de amistad y unión entre Bs.As y las provincias) la Ley Fundamental de 23 de enero de 1825 (que encargo a Bs.As. las relaciones exteriores y la guerra) ), y el Pacto Federal del 4 de enero de 1831 ( creación de la Confederación, a la que se adherían las provincias)

(ver Las bandras de Rosas) Expulsado Rosas en Caseros, Sarmiento adopta el celeste unitario en vez del azul de la bandera nacional. En su “Discurso a la Bandera” al inaugurar el monumento a Belgrano el 24 de septiembre de 1873 señaló a la enseña de la Confederación como un invento de bárbaros, tiranos y traidores, y en su Oración a la Bandera de 1870, denigra la “blanca y negra” de la Vuelta de Obligado diciendo además que ” la bandera blanca y celeste ¡Dios sea loado! no fue atada jamás al carro triunfal de ningún vencedor de la tierra”. Y si alguna vez fue atada al carro de algún triunfador, se lo debemos a Sarmiento y no al Restaurador. Tampoco la celeste y blanca de Sarmiento recibió saludo de desagravio de ninguna potencia imperial. Mucho menos la de Mitre.

Mitre se basa en el “celeste” basándose entre otros argumentos en un óleo se San Martín hecho en 1828, como si el color adoptado por un artista fuera argumento suficiente. El general Espejo, compañero de San Martín, en 1878 publicaba sus Memorias del y recordaba como azul el color original de la bandera de los Andes conservada desteñida en Mendoza. Pero Mitre, que siempre interpretó las cosas como le convino, lo atribuyó a una “disminuida memoria del veterano”.

En 1908, ante la confusión existente y a pedido de la Comisión del Centenario, se estableció el color azul de la ley 1818 para la confección de banderas. Sin embargo, siguió empleándose el celeste y blanco, en lugar del la gloriosa “azul y blanca” La misma bandera que acompaño a San Martín en su gloriosa gesta Libertadora y la misma que acompaño los restos del propio Rosas en Southampton.


Fuentes:

- José Maria Rosa - Historia Argentina.
- Corvalán Mendhilarzu, Dardo: “Los Colores de la Bandera Nacional”. Hist. de la Nac. Arg.
- Ramallo, Jorge María: “Las Banderas de Rosas”. Rev. J. M. de Rosas, N' 17.
- Fernández Díaz, Augusto: “Origen de los Colores Nacionales”. Revista de Historia, Nº 11.
- Ramírez Juárez, Evaristo: “Las Banderas Cautivas”.

¡VIVA NUESTRA BANDERA!
¡VIVA LA PATRIA!
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Nacionalismo en Marcha


(E. Jünger. Leipzig. 1926)

"Nosotros nos autodenominamos Nacionalistas - una palabra que nos ha sido consagrada a través del odio del populacho inculto, del culto y de un ejército de oportunistas y farsantes. Lo que aquí es odiado, lo que es rechazado por las superficiales corrientes del progreso, del liberalismo y de la democracia, tiene por lo menos la ventaja de no ser común. Nosotros no exigimos lo común. Nosotros rechazamos el culto a las verdades comunes, a los derechos humanos comunes, las obligaciones comunes, el derecho a voto común, y a la bajeza común - consecuencia última de todo lo que es común. Las características y las exigencias comunes, son las características y las exigencias de la masa. Cuanto más común es algo, menor es el valor que contiene. El reconocerse, y apoyarse, en la masa, equivale a creer que la fuerza del propio peso un mérito propio y no de las leyes de la gravedad. Y la idea de valorar la Humanidad como el bien más alto y puro, equivale a considerar que lo esencial del individuo es únicamente su pertenencia a una determinada especie de mamíferos. Lo común es contado y pesado, lo particular es valorado y apreciado. La voluntad común significa, ser incapaz de encontrar un valor específico en uno mismo, por uno mismo. Significa, en el mejor de los casos, tener razón ojetivamente, medidamente, intelectualmente, científicamente, comúnmente... La voluntad particular, significa, ser la medida de uno mismo, sentir la propia responsabilidad, reconocer la propia fuerza espiritual. El nacionalismo moderno, el sentimiento básico de un nuevo género de hombre cansado hasta el vómito de la hueca fraseología de la Ilustración, quiere lo particular. Él no quiere masa y extensión, sino lo que permanece más profundamente dentro de uno: vigor espiritual. Él no quiere demostrar sus derechos mediante estudios científicos como hace el Marxismo, sino demostrarlos con su propia existencia, lo quiera o no la ciencia. Él no quiere una meticulosa medición del peso y medida de sus derechos, sino el Derecho que posee la vida para vivir, y que forma una unidad inquebrantable, de destino, con su propia existencia. Él no quiere el dominio de las masas, sino el de la Personalidad, cuyo orden se define en el contenido de los valores interiores y de la energía viva. Él no quiere ninguna igualdad, vacua justicia y libertad, que sólo fundamenta exigencias, sino sentir la suerte que hay de ser lo que se es. El nacionalismo moderno tampoco quiere ninguna idea de independencia que vague por los espacios vacíos, ningún "espíritu libre", prefiere el firme compromiso. Él no quiere el socialismo de las exigencias, sino el del deber: El Socialismo de un mundo duro y estoico en el que cada uno esté dispuesto a sacrificarse por los demás."

¡Nacional Revolucionarios!

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Disenso - Programa Nº3


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ENRIQUE P. OSÉS: SUS TRABAJOS Y SUS LUCHAS



Conmemorar a un hombre como Enrique P. Osés no es tarea fácil. Y dos son los motivos principales que dificultan la empresa que nos proponemos.

Primero su lucha y su prédica periodística afectaron a muchos y poderosos intereses. Y segundo, la tarea de silenciamiento y ocultamiento de su persona y su obra por parte de esos grandes enemigos. Pruebas al canto. No existe ninguna necrológica de Osés salvo del Instituto Juan Manuel de Rosas llevada a cabo casi un año después de su fallecimiento.

Pero no nos detengamos en los próximos. No es nuestra intención avivar brasas. Vayamos al grano.

Enrique P. Osés es el fundador del nacionalismo popular en la Argentina. Y lo funda desde sí mismo. A través del rescate del pasado hispano-criollo de nuestro pueblo.

Osés analiza críticamente a la democracia de la "Década Infame", porque ella era en nuestro país tal como se encontraba estructurado, un mecanismo de dominación.

El propone el Nacionalismo Popular Revolucionario como cambio total de las estructuras e instituciones del estado demo-liberal argentino.

El nacionalismo adquiere en Osés dimensión política en tanto se lo entiende como revolucionario. Esto quiere decir, que propone el cambio de un régimen político por otro. El que propone Osés es de neto corte comunitario y social.Se hdicho con acierto que El Pampero fue el diario de la revolución del 4 de junio de 1943.a Y Osés siendo su director alentó con todas sus fuerzas el pronunciamiento militar. Pero como ya observara agudamente Mirabeau "la revolución como Saturno se devora a sus hijos". Así Osés fue lenta y paulatinamente devorado por la revolución que alentara. Claro que en este caso el protagonista se deja devorar porque ve cumplidos los objetivos de su lucha político-periodística. La Revolución y sobre todo el Gobierno Peronista (46-52) le devora los objetivos, como explícitamente lo hace notar él mismo en su respuesta a Santander mencionada anteriormente: "La recuperación de nuestros medios de vida propios – energía, servicios públicos, transportes – por la eliminación de los monopolios foráneos, por la absorción de las deudas y empréstitos con el exterior, por la reconquista de nuestros elementos de producción, por el control de nuestro mercado interno, por la elevación del Standard de vida de los argentinos. Eso sólo justifica los cinco años de El Pampero y que el actual gobierno ha realizado. Y lo que resta realizar no hará sino completar la justificación".

Afirmamos de entrada que conmemorar a Osés no es tarea fácil. Las colecciones de Crisol, El Pampero y El Federal diarios fundados por él, prácticamente han desaparecido. Se estiman entre 2600 a 2800 artículos los publicados por Osés o bajo seudónimo. En cuanto a los Cuadernos Nacionalistas han corrido igual suerte. Salvo dos :"Esto se acaba" y "Antes que la Constitución fue la Nación". Como publicación hoy accesible tenemos sólo Medios y Fines del Nacionalismo editada en 1941 y reeditada en el 68. En realidad es su "Diario de la Cárcel". Brevemente podemos decir que Crisol representa la etapa docente, doctrinaria, la de los planteos fundamentales de la "revolución nacionalista". Va planteando una a una de las razones nacionales que motivarán una política revolucionaria: la dominación imperialista, la complicidad oligárquica, la falacia del régimen y de sus partidos, el envilecimiento de las leyes y de las instituciones, el mito farisaico del cuarto poder servidor de intereses ajenos al país, la falsificación de la historia, el fariseísmo de los mentores espirituales del pueblo, el abandono del hombre argentino, la acción de las logias internacionales, la incuria administrativa, el fraude político, y todas y cada una de las calamidades nacionales que entonces se encarnaban en hombres y en intereses poderosísimos, son atacados por este nuevo Quijote que pluma en mano, desde las dos páginas apretadas de Crisol se lanza contra La Prensa. Destapa la terrible e ignorada verdad de la trama oligárquica, pulveriza a Sarmiento, a la escuela laica, al liberalismo. Denuncia la complicidad de los curiales, se yergue frente a la justicia y la Suprema Corte, frente a los gabinetes entreguistas de Justo, frente al pacifismo megalómano de Saavedra Lamas, frente a la entrega ignominiosa de la Corporación de Transportes. Y, lo que es más importante, promete a las nuevas generaciones una revolución verdadera, una revolución profunda que ha de terminar con estas lacras de una vez y para siempre. Y en esta acción recibe el testimonio de la cerrada enemistad del régimen que llega a encarcelarlo oprobiosamente.

El Pampero, a su vez, señala la maduración política del movimiento. Un diario que se extiende a cien mil lectores, y que apoyándose en el comentario de los hechos cotidianos va precisando la doctrina nacional.

Las consignas nacionalistas ganan así la validez de lo multitudinario, el Movimiento se reproduce incansablemente hasta en los más lejanos rincones del país, y a todas partes viaja Osés, llevando con su palabra el fuego de los ideales nacionales que enciende fogones en toda la Patria.

Se apoya la campaña en favor de la neutralidad. Se denuncian los negociados y las tropelías del régimen, y así los partidos "palomarescos o cadistas" señalados inventan una persecución democrática, un comité investigador de las actividades antiargentinas, que se defiende de las acusaciones lanzando el mote de "nazis" a todos los argentinos revolucionarios. En esta acción Enrique P. Osés es perseguido por la justicia. Se le acumulan juicios por desacato, por calumnias, por injurias. Se lo quiere quebrar. Todo resulta inútil. Se acumulan procesos para que no salga más de la cárcel. Pero la justicia puede más que el odio y Osés recupera su libertad. Y en un multitudinario y apoteótico acto en el Teatro Nacional los estigmatiza para siempre a los hombres del régimen cuando comienza su pieza oratoria: "¡Qué imbéciles pluscuamperfectos!, los que desde hace ya años y con una saña que va centuplicándose a medida que se acerca el fin se han dado a la tarea de perseguirnos".

Finalmente, El Federal significa el disconformismo intransigente con el nuevo mundo sometido a la férula de las potencias anglosajonas.

Enrique P. Osés es el definidor exacto del Nacionalismo Popular desde la tradición hispano-criolla. Cuando en los años 1932 al 36 el movimiento nacionalista sufre las consecuencias de la imprecisión doctrinaria, y los grupos supérstite de la desdichada revolución septembrina de 1930 manejan un discurso exclusivamente patriotero y anticomunista sin proponerse finalidades nacionales más amplias, ni pretender otra revolución que un golpe de Estado autoritario por el autoritarismo mismo, es Osés, quien empeñado en polémica memorable con "Bandera Argentina", pone en claro la esencia revolucionaria del nacionalismo argentino.

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Disenso - Programa Nº1 y 2




Programa filosófico, instructivo y educativo que explica variadas perspectivas de la vida, la METAPOLÍTICA, disciplina madre de la política, donde convergen temas como la historia, la economía, la sociología, etc. y de las políticas de estado. El sentido del estado y de la nación, teorías aristotélicas, tomistas, platón y la realidad actual.

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VUELTA DE OBLIGADO - LA BATALLA OLVIDADA


Preparativos

En los primeros días de noviembre de 1845 zarpó de Montevideo la escuadra combinada anglo-francesa con el fin de remontar el Paraná, estando compuesta por seis barcos con bandera inglesa y otros cinco con la de Francia, además de las barcas carboneras para abastecer los navíos a vapor. detrás de este contingente bélico, navegaba un convoy de noventa barcos mercantes de distintas banderas cargado con mercadería para ser comercializadas en Corrientes y el Paraguay. Señala el Historiador Alberto Noblia en su “Reseña Histórica de San Pedro” que “el 14 de Agosto el General Lucio N. Mansilla solicita por nota al Juez de Paz sampedrino, don Benito Urraco, le informe el estado de todas las fuerzas del distrito desde la edad de 15 a 70 años, como también del armamento existente y agrega que se mantenga en Estado de Asamblea a la Milicia Activa. El 22 el mismo jefe militar pide al Juez el envió de 25 o 30 tirantes de madera fuerte, posiblemente para la construcción de las baterías. El 12 de Noviembre Mansilla envía a San Pedro al Sargento Mayor Julián Bendim al mando de “ciento setenta y tantos” soldados de caballería e infantería, con el fin de rechazar cualquier intento de desembarco por parte de los anglo franceses”.

    Encuentro previo a la batalla 

El 18 de noviembre, la flota invasora pasó frente a San Pedro y desprendió de ella a varias balleneras que penetraron en la laguna con el fin de efectuar un desembarco armado. No lograron su objetivo al ser rechazados a tiros de fusil por un grupo de valientes vecinos comandados por Tomas Obligado. En la tarde de ese mismo día la flota fondeo a la vista de la vuelta de Obligado, pero fuera del alcance de los cañones.


   Las defensas de Obligado

La construcción de las fortificaciones fue dirigida por el Ingeniero Hilario López Culle, colaborando activamente el Sampedrino José Rufino Núñez, estando compuesta por cuatro baterías según podemos observar en el croquis:

BATERIAS ALTURA PIEZAS
“RESTAURADOR ROSAS” 20 m. 6 de regular calibre 2/24 y 4 / 16

“GENERAL BROWN” 17 m. 5 de regular calibre entre 24 y 12

“GERAL MANSILLA” rasante 3 de pequeño calibre de 12 y a 8

“MUNUELITA” 19 m. 7 de a 10.


Estas 21 piezas se hallaban servidas por 220 artilleros, protegidos por débiles parapetos de tierra y madera, siendo mandadas respectivamente por Álvaro Alzogaray, Eduardo Brown (Hijo menor del almirante) Felipe Palacio y Juan Bautista Thorne.

                                                                                                             Eslabones originales de las cadenas de Obligado.    
                                                                                               (Peso: 3.100 gr./ Largo: 23 cm./Ancho: 14 cm./ Espesor: 33 mm.)    


Junto a la batería Mansilla, ubicada sobre la playa para tiro rasante, se hallaban amarradas tres gruesas cadenas que atravesaban el rió, sostenidas por 24 pontones a los que se había quitado los mástiles y que se hallaban ancladas y aseguradas en la margen opuesta al Bergantín “Republicano”, al mando del capitán de marina Thomas Craig. La cadena poseía un espesor de 1 1/8 de pulgadas y 360 brazadas de largo, habiendo sido solicitada por Mansilla a Buenos Aires el 27 de agosto de ese mismo año.

Tres lanchones, el “Místico”, el “Restaurador” y el “Lagos”, dotados de piezas de pequeño calibre se hallaban detrás del “Republicano” para repeler cualquier intento de la marinería anglo francesa de cortar las cadenas. El capitán de fragata Teodoro Cailler-Bois en su “Historia Naval Argentina” señala también la presencia de seis balleneras y ocho embarcaciones pequeñas destinadas a transportar unos 200 infantes a la orilla opuesta del rió si es que el enemigo desembarcaba e intentaba construir baterías allí.

Por ultimo cinco pequeñas chalanas se hallaban preparadas con materiales incendiarios para hacerlas actual como “brulotes”, se las incendia y envía en dirección a la flota enemiga.

Alberto Luis Noblía señala la disposición de las tropas: “Entre la primera y segunda batería, un poco más atrás, se encontraban 100 hombres al mando del teniente Juan Gainza, detrás de estos y a su derecha , se hallaban 400 soldados del Regimiento de Patricios de Buenos Aires. Luego estaban situados cuatro cañones de a 4 al mando del teniente coronel Sereso. Más atrás aún, y a la altura de la segunda batería, se encontraba el Coronel José María Cortines que, secundado por el Mayor Julián del Río y el vecino Sampedrino Facundo Quiroga, hijo del “Tigre de los llanos”, comandaba a 220 soldados de caballería y 600 de infantería componentes del Regimiento de Milicias N° 4 con asiento en San Nicolás de los Arroyos y entre los que se encontraban un centenar de Sampedrinos.

Ingeniería

“(...) En el flanco izquierdo de la batería “Mansilla” en el mogote izquierdo, estaban apoyadas las anclas que sostenían a la línea de 24 buques, desmantelados y fondeados en línea con tres cadenas corridas por la proa, centro y popa, su espesor la más gruesa de una y octava de pulgada. Mas con el fin de mantener los buques en línea, que con el fin de privar el paso a la potencia de los vapores y con el propósito de manifestar que el paso del río no era libre. Así como el de obligar a los enemigos a batirse si intentase cortarlas.

El costado izquierdo o extremo de las cadenas estaba guardado o sostenido por el bergantín “Republicano” con sus piezas de 10 toneladas a su costado de estribor (...) (”Informe de Mansilla a Rosas)

Finalmente y más atrás de los últimos nombrados, se encontraba el Juez de Paz de San Pedro Benito Urraco acompañado con 170 de sus vecinos. Allí también estaban los de igual cargo de Baradero y San Antonio de Areco, Juan de Magallanes y Tiburcio Lima, con 100 y 30 de sus vecinos respectivamente.

A retaguardia de la tercera batería se encontraban 200 milicianos del Batallón Norte al mando del Teniente Coronel Virto, también entre ellos se hallaban múltiples Sampedrinos. Detrás de estos se encontraba el General Lucio Mansilla, como comandante el Jefe de todas las fuerzas, el segundo jefe Juan Crespo y 70 soldados a caballo del grupo Escolta.

Detrás de la cuarta batería se encontraban 200 soldados pertenecientes a la Compañía de Patricios de San Nicolás bajo las órdenes del Comandante Luis Barrera, cuerpo éste integrado por muchos Sampedrinos. A las espaldas de éstos, se encontraban dos piezas volantes de artillería comandados por el Teniente Coronel Laureano Anzoátegui.

Caballería

“(...) A pesar de que la excesiva ventaja de los cañones de los inicuos extranjeros hayan conseguido denostar y despedazar las baterías de Obligado, no por eso osaran a invadir en tierra. La Caballería cubre los alrededores de aquel punto y no ocupan nuestros cobardes agresores más terreno que el que alcance su metralla (...)”. (Estación de Catevra. Noviembre 22 de 1845 . General Lucio Mansilla al Comandante Militar de Rosario Sargento Mayor Don Agustín Fernández.)

A un cuarto de legua de la costa, entre la tercera y cuarta betería y sobre el “camino de la bajada”, estaban el “Parque de Artillería” y la Enfermería, esta última encabezada por la Nicoleña Petrona Simonino, secundada por un grupo de damas de San Pedro y San Nicolás.

En total, y al margen de los artilleros, había 2.290 hombres en condiciones de combatir, incluidos los vecinos.

Artillería

“(...) El territorio Argentino ha sido atacado por las fuerzas Anglo francesas sobre las márgenes del Paraná. La poderosa artillería de las escuadras combinadas ... ha destruido en ocho horas consecutivas de vivo fuego nuestras baterías compuestas de 35 piezas de los calibres de a 4 8 10 12 16 18 y 24, servidas por artilleros y soldados improvisados, cuyo valor heroico no han podido abatir los invasores, a pesar de la inmensa ventaja de sus fuerzas de artillería y de sus cañones y del valor e intrepidez que han desplegado en el ataque (...)” (Gaceta Mercantil. Tomado del archivo Americano 1 Serie N 23 pag.65 67)

Las fuerzas enemigas

Esta “Task Force” estaba formada por las siguientes naves:

INGLESES

Vapor “Gordon” , Comandante Ch. Hotham, artilleria 6/64 y 4/32, Tn.1.100
Vapor “Firebrand”, Comandante J: Hope, artilleria 6/64 y 4/32, Tn.1.190
Corbeta “Comus” , Comandante Inglefield, artilleria 16/32, Tn. 490
Bergantín “Philomel”, Comandante Sullivan, artilleria 10/32, Tn.428
Brergantín “Dolphin”, Comandante Leringe, artilleria 3/32, Tn.318
Bergantín “Fanny” Comandante Key, artilleria 1/24,-------

FRANCESES

Bergatín “San Martín”, Comandante Tréhouart, artilleria 2/24 y 16/16, Tn.200
Vapor “Fulton”, Comandante Maziéres, artilleria 2/80, Tn.650
Corbeta “Expéditive”, Comandante De Miniac, artilleria 16 de a 8 pulg. , Tn.-----
Bergantín “Pandour”, Comandante Du Paie, artilleria 10 paixhans de 30 lbs
Berg – Gol. “Prócide”, Comandante De la Rivére, artilleria 3/18

El total general de tripulantes era de 3.000, en tanto que los infantes de marina embarcados sumaban 800. Esta flota combinada no poseía un comando único. Las insignias venían en el “Gorgon” y en el “San Martín”, siendo Hotham el comandante más antiguo.

La artillería de los invasores era la más moderna que existía en el mundo. Los barcos ingleses poseían cañones cuya particularidad era que el interior del caño era “rayado”, siendo los primeros que se empleaban en la guerra. El “alma rayada” revolucionaría la armamentística mundial. Por su parte los franceses emplearon el modernísimo cañón-obús “Paixhands” que disparaba balas explosivas de 40 kilos.

Como se sabe esta flota de guerra custodiaba a unos 90 mercantes que querían llevar producción al Paraguay. Esas naves aguardaban detrás de las de guerra, en espera que liberaran el paso defendiendo la banderas del libre cambio y forzando la navegación de lo que eran ríos interiores del país.

Esto era descabellado, como si naves Argentinas pudieran haber navegado de prepo el Sena o el Támesis.

Señala Noblía en su obra citada que: “según las costumbres de esa época, los ríos interiores pertenecían al territorio que surcaban, o sea que se los consideraba como verdadera tierra firme, siempre y cuando ambas orillas pertenecieran al mismo estado. En el caso que las orillas tuvieran distintos propietarios solamente ellos poseían la exclusividad de navegarlo. Estos conceptos jurídicos tenían aceptación mundial y no había legislación, ni nacional ni internacional, que expresara lo contrario, salvo pactos aislados surgidos luego de la finalización de alguna guerra, donde los vencidos se veían obligados a perder parte de sus derechos otorgando al vencedor la libre navegación de sus ríos interiores”.

Cuando aconteció esta batalla las dos orillas del Paraná pertenecían a la Confederación Argentina comandada por Rosas, y recién la Constitución de la Nación Argentina de 1853, dictó el artículo 26: “la navegación de los ríos interiores de la Confederación es libre para todas las banderas”.


Inicio del combate - La histórica proclama

En la noche del 18 Mansilla con dos balleneras se acercó a la flota enemiga para reconocerla personalmente. Disparos de fusilería provenientes de las naves invasoras lo obligaron a retornar a las baterías. El día 19 transcurrió en paz por dos razones, carencia de vientos favorables para las velas de las naves invasoras y por una intermitente lluvia. Por su parte Mansilla, ese día, efectuaba un segundo reconocimiento.

El 20 cambian las condiciones atmosféricas, finaliza la lluvia, se disipa la niebla y comienza a soplar un viento suave, sostenido y a favor para las naves invasoras. A las 8,30 de la mañana de ese mismo día, los barcos anglo-franceses comienzan a moverse.

Al notarlo Mansilla arengó a sus hombres diciendo:” ¡Allá la tenéis! Considerad el insulto que hacen a la soberanía de nuestra Patria al navegar, sin más título que la fuerza, las aguas de un río que corre por el territorio de nuestro País. ¡Pero no lo conseguirán impunemente! ¡Trémola en el Paraná el pabellón azul y blanco y debemos morir todos antes que verla bajar de donde flamea!

A continuación la banda del Regimiento Patricios de Buenos Aires comenzó con los acordes del Himno Nacional que fue coreado por toda la tropa.

Al frente de la escuadra navegaba la fragata “San Martín”, ex nave insignia del Almirante Brown, vilmente apresada frente a Montevideo, luciendo el pabellón de Francia. Cuando llegó a las proximidades de la primer batería Mansilla dio la orden de fuego gritando “VIVA LA PATRIA”, señal ya tradicional en nuestras guerras. A medida que los invasores se acercaban se generalizó el cañoneo.

Según Teodoro Caillet Bois los barcos avanzaron formados en dos divisiones de nacionalidad combinada. La primera: “San Martín”, “Pandour”,”Dolphin” y “Comus”, al mando de Tréhouart. La segunda división comandada por Sullivan estaba integrada por “Philomel”, “Prócide”, “Expedictive” y “Fanny”, que se situó sobre la costa entrerriana, a unos 700 metros de la batería “Restaurador Rosas” al mando de Alzogaray.


Las cadenas detienen la flota

Por medio del río continuó navegando el “San Martín” rumbo a las cadenas con el fin de cortarlas, detrás continuaba la marcha el resto de la escuadra. A medida que los invasores se acercaban a las baterías, se generalizó el cañoneo siendo los primeros blancos la corbeta “Expeditive”, la goleta “Procide” y el bergantín “Philomel”.

Ya frente a las baterías y próxima a las cadenas, el “San Martín” detiene su andar al calmar el viento, razón por la cual debe anclar para no ser arrastrado por las corrientes río abajo, ya que esto produciría un extraordinario desorden en la formación.

Así la nave insignia de la flotilla Francesa queda inmóvil justo enfrente de las baterías patriotas, quienes aprovechan el acontecimiento acribillándola con mas 100 balas de cañón. En la nave quedan fuera de combate 2 oficiales y 44 tripulantes, a lo que se suma la arboladura a punto de caer. En su ayuda acude el “Fulton” con sus poderosas piezas de a 80 dándole algo de alivio, pero un cañonazo corta la cadena del ancla y el “San Martín” comienza a ser arrastrado aguas abajo por lo que el comandante de la escuadra de Francia, Tréhouart, decide trasbordar a la corbeta “Expedictive”. El “Comus”, otra nave que recibió bastante castigo, registra en su bitácora que las dos baterías centrales fueron cuatro veces abandonadas por su gente.

A las 9,30 horas, y con el primer intento de romper las cadenas rechazado a cañonazos, se combate en toda la línea. Todos los buques anglo-franceses han entrado en acción y todas las baterías Argentinas han contestado el fuego disparo por disparo y, a pesar de la desigualdad de armas, los defensores Argentinos logran hacer retirar detrás de la línea de fuego a los bergantines “Dolphin” u “Pandour” por las múltiples averías sufridas. Es de hacer notar que a pesar que los proyectiles patriotas eran macizos, cuando impactaban en la madera de las naves hacían saltar decenas de astillas de todos los tamaños que producían gran cantidad de heridas, a veces mortales, entre los marineros europeos.

Pero los formidables “Paixhans” franceses con sus balas explosivas, comienzan a cobrar un alto precio entre los heroicos defensores.

Para tener una idea, debemos pensar en una pelota N° 4 o n° 5, a fin de referencia el tamaño de los proyectiles franceses, que además estaban rellenos con metralla, pedazos de hierro y explosivo. Cuando esas bombas explotaban causaban un desastre en las baterías Argentinas.

De acuerdo a algunos cálculos, no muy aproximados, hechos por el Lic. Ramos y la Universidad de Luján, se habrían intercambiado proyectiles en una cantidad que oscilaría entre los 25 y 30 mil en esas 8 o 9 horas de batalla, sobre todo del lado de los aliados. Teniendo en cuenta el cálculo de decenas de miles de proyectiles arrojados y considerando que los núcleos principales de la batalla eran las cuatro baterías instaladas en la costa, (Manuelita, Mansilla; Brown y Restaurador Rosas) tres arriba de la barranca y una rasante. Una estimación hace pensar que los artilleros que servían a esas baterías no vivirían más de media hora en su puesto, siendo reemplazados por otros artilleros, ya que la flota anglo-francesa prácticamente haría tiro al blanco con ellos.

Casi al medio día, Mansilla envía una nota a Rosas comunicándole que el enemigo todavía no ha podido vencer la línea de las cadenas, “Aunque supone que podrá hacerlo, pues a él le quedan pocas municiones”. Siendo la una de la tarde continúan sin poder cortar las cadenas, sin embargo el “Republicano” vuela por los aires por orden de su capitán Thomas Craig, ya que habían quedado sin municiones y suma sus hombres a las tropas de tierra. Al desaparecer el obstáculo que presentaba el “Republicano”, el vapor “Fulton” logra llegar hasta las cadenas, aunque sin poder cortarlas por el intenso cañoneo que recibía, que incluso mata a su maquinista principal.


Ruido de rotas cadenas

En este punto los anglo-franceses perciben que, si bien la potencia de la artillería de las naves inclina la suerte de la batalla a su favor, de nada servirá si no cortan las cadenas que obstruyen el paso. Estratégicamente la situación es crítica ya que la flota se halla encajonada recibiendo más y más castigo de las baterías Argentinas, sin poder moverse.

Es ahí cuando Hope, al mando de la “Firebrand”, estima que es el momento de jugarse el todo por el todo. Ordena posicionar nuevamente la nave respondiendo a las baterías costeras y dispone bajar una pequeña lancha de desembarco. Un enorme martillo y un yunque es todo lo que carga sobre la pequeña embarcación. Hope salta sobre la misma y ordena dirigirse contra la línea de botes que soportaban las cadenas.

Los patriotas observando la acción e intuyendo el objetivo les tiran con todo. Enormes columnas de agua producidas por los proyectiles se levantan a escasos metros de la lancha, bañando a los desesperados remeros que redoblan sus esfuerzos. Más peligrosos son los proyectiles que se disparan desde la batería colocada sobre la playa ya que los mismos rebotan en el agua y se vuelven a elevar, pasando a metros del bote con un silbido aterrador. Uno solo que impacte de lleno y la pequeña embarcación se partirá en pedazos matando a todos.

Llegados a las barcazas, Hope salta sobre una de ellas, dos marineros que le siguen colocan el yunque debajo de una de las cadenas y es el mismo capitán de la “Firebrand” quién, con indudable sangre fría, la emprende a martillazos contra los duros eslabones.

En esta oportunidad la diosa fortuna decide inclinarse por los protagonistas del heroico acto quienes, de milagro, logran escapar a todo lo que le tiraban desde las barrancas: Minutos más tarde los castigados eslabones saltan y las cadenas se deslizan hacia el fondo del Paraná.

La lucha continúa pero ya las naves invasoras van cruzando la línea mientras cañonean terriblemente a la batería Manuelita, quién puede contestar solo esporádicamente debido a la escasez de balas.

En esos momentos un proyectil de artillería enemigo voltea al heroico Juan Bautista Thorne, jefe de la batería que, al golpear su cabeza en la tierra sufre una afección por la cual pasará a la historia con el apodo de “El Sordo de Obligado”. Otra versión sostiene que la sordera de Thorne se produjo a consecuencia de estar tanto tiempo al lado de cañones que disparaban sin cesar durante casi nueve horas, varios artilleros sobrevivientes padecieron las mismas consecuencias. Las baterías finalizan su lucha ya sea por falta de municiones, o porque directamente habían sido arrasadas por el cañoneo. Es en éste momento cuando comienzan los intentos de desembarco masivo del enemigo.

A las dos y media de la tarde el General Mansilla recibió un parte que le informaba que a una 15 cuadras al sur de las baterías, en el lugar llamado “Playa de los Pescadores”, el enemigo desembarca considerables fuerzas de infantería, para atacar sin dudas por el flanco. De inmediato imparte la orden de atacar al Coronel Ramón Rodríguez quien, al mando de 400 hombres del Batallón “Independencia” (Regimiento 1 Patricios), se hallaba a la espera en el bosque de talas, ubicado entre y detrás de las baterías “Restaurador Rosas” y “General Brown”. Los soldados avanzan a la carrera para evitar la maniobra de flanqueo. En el lugar unos lanchones ya habían desembarcado a numerosos infantes, pero otros todavía navegaban en dirección a la playa, por lo que el enemigo no había conseguido aún desplegar todo su poderío. Rodríguez no desaprovecho la oportunidad y ordeno cargar. Los oficiales anglo-franceses pensaron en resistir el ataque, pero viendo que no sería posible sin tener a todos los hombres en la playa ordenaron el reembarque, acción que se cumplió bajo una feroz arremetida a la bayoneta que realizaron los patriotas.

Sin embargo la situación no da para mucho más. Con las baterías mudas por el fuego enemigo o la falta de municiones, la “Gorgon” y la “Firebrand” se acercan a la costa. Son las 5,45 de la tarde. Dos compañías de infantes comandadas por Sullivan se descuelgan de los barcos hacia los botes y enfilan hacia la playa en un segundo intento de desembarco. Este nuevo ataque se compone de 325 hombres que hacen pié en tierra firme a la altura del morro donde estaban amarrados los extremos de las cadenas, con el apoyo constante de la artillería de sus barcos. Media hora después lo hace el comandante francés con 100 hombres más.

En ese momento los encargados de la defensa de la soberanía nacional, en esa zona, son el Batallón Norte y los Patricios Nicoleños, ambos de San Nicolás, compuesto por múltiples Sampedrinos, quienes cargan a bayoneta calada a los invasores y los obligan a retornar a sus botes para luego reembarcarse nuevamente. Mientras se desarrolla la lucha cuerpo a cuerpo, un casco de metralla hiere a Mansilla, quien debe ser sustituido en el mando por el segundo jefe de las fuerzas patriotas de Obligado, el Coronel Francisco Crespo.

Un tercer desembarco de los aliados se produce a continuación, pero esta vez no puede ser rechazado por los patriotas en retroceso debido al intenso cañoneo y los cohetes disparados por la “Expedictive”, “Procide” y “Philomel”. Las arremetidas de la caballería Federal en su intento de rechazar el ataque son vanas y las tropas anglo-francesas mandadas por Sullivan y Tréhouart en persona se hacen dueños del lugar.

Ha comenzado a caer la defensa de Obligado, luego de casi doce horas de intenso combate. Las fuerzas patriotas se retiran rumbo a San Nicolás con el fin de reorganizarse.

Termina el día con casi 300 Argentinos muertos y cerca de 500 heridos. Los invasores tenían poco más de un centenar de bajas entre heridos y muertos. Esta disparidad que marcan las cifras se explica únicamente por la diferencia tecnológica-bélica que existía entre ambos contenedores. La Argentina había retado a las dos mayores potencias juntas y así le había ido, pero había escrito una hermosa página en la historia de la Nación la que, lamentablemente, luego se dejo caer en el olvido.

Aún así y pese a lo desigual del armamento, la flota aliada tuvo que detenerse a curar sus heridas que no eran pocas. Los “Pandour”, “Fulton”, “Dolphin” y “San Martín” fueron acribillados por los cañones Argentinos, y no fueron destruidos totalmente debido al pequeño calibre de los mismos.

 El Dr. Sabino O´Donnell, a quienes algunos consideran nuestro primer cronista de guerra, deja un valioso testimonio sobre el combate:

“Hoy he visto lo que es un valiente. Empezó el fuego a las 9 y media y duró hasta las 5 y media de la tarde en las baterías, y continúa ahora entre el monte de Obligado el fuego de fusil (son las 11 de la noche). Mi tío ha permanecido entre los merlones de las baterías y entre las lluvias de balas y la metralla de 120 cañones enemigos.
Desmontada ya nuestra artillería, apagados completamente sus fuegos, el enemigo hizo señas de desembarcar; entonces mi tío se puso personalmente al frente de la infantería y marchaba a impedir el desembarco, cuando cayó herido por el golpe de metralla; sin embargo se disputó el terreno con honor, y se salvó toda la artillería volante.
Nuestra pérdida puede aproximarse a trescientos valientes entre muertos, heridos y contusos; la del enemigo puede decirse que es doblemente mayor; han echado al agua montones de cadáveres (...)
Esta es una batalla muy gloriosa para nuestro país. Nos hemos defendido con bizarría y heroicidad”

Al día siguiente de la batalla llegarían los doctores Mariano Martínez y Claudio Silva, del Hospital del cuartel de Santos Lugares, enviados por Rosas. Sostendrán una junta médica con O´Donnelll y con el doctor Mariano Marenco y el profesor Cornelio Romero. El informe a Palermo, fué el siguiente:

“El doctor D. Sabino O´Donnell que había asistido al Sr. General desde los primeros momentos, nos hizo la historia de los accidentes que había sufrido y los medios que había empleado para evitar perniciosas consecuencias. El Sr. General Mansilla recibió en la tarde del 20 un golpe de metralla (la que hemos visto y pesa más de más de una libra) en el lado izquierdo del estómago, sobre las distintas costillas, y según hemos reconocido, ha sido fracturada una de estas. Cayó sin sentido, sufrió por muchas horas desmayos, vómitos, y otros molestos accidentes que fueron calmando gradualmente; se le ha aplicado un vendaje apropiado para remediar la fractura de la costilla, y se emplean los medios que aconseja el arte”

“Siento vivamente (dijo el almirante Inglefield en su parte de guerra) que este bizarro hecho de armas se haya logrado a costa de tal pérdida de vidas, pero considerando la fuerte posición del enemigo y la obstinación con que fue defendida, debemos agradecer a la divina providencia que aquello no haya sido mayor”. Tréhouart se expresó en términos análogos. A su juicio la posición había sido fortificada por una mano maestra. Según la prensa de Montevideo “nunca desde la paz napoleónica, encontraron franceses e ingleses tan heroica resistencia".

Combatientes

Entre los participante de la batalla estuvo el legendario gaucho Antonio Rivero, protagonista de la rebelión en Malvinas contra la dominación inglesa.

Antonio Rivero fue dado de alta en el ejército de Buenos Aires por el gobernador Juan Manuel de Rosas y allí prestó nuevos servicios hasta que, como lo comprobara el historiador José María Rosa, murió en su ley de gaucho patriota, al pie de una batería argentina peleando contra los ingleses el 20 de noviembre de 1845 en la Vuelta de Obligado. Algunos "historiadores" (sic), a pesar de la heroica y esforzado vida de Antonio Rivero, prefirieron mezquinarle honores diciendo que fue un gaucho pendenciero porque se basaron en las crónicas británicas sobre la sublevación de Malvinas. Hasta la Academia Nacional de Historia en un dictamen dado en Buenos Aires 19 de abril de 1966 con la firma de los académicos Ricardo R. Caillet-Bois y Humberto F. Burzio sostuvo que "los antecedentes documentales hasta ahora conocidos, no son nada favorables para otorgar a Rivero títulos que justifiquen un homenaje".

Otro Rivero, Javier fue un Sampedrino caído en esa batalla y sepultado en el segundo camposanto que tuvo la Ciudad de San Pedro, en la intersección de las Calles Bartolomé Mitre y Bozzano.

En el sito existe un camino peatonal que conecta calle Mitre con 25 de Mayo, y en él un pequeño monolito levantado el 20 de Noviembre del 2000, por el Centro de Estudios Históricos de San Pedro, muestra una placa en la que se recuerdan los nombres de cuatro combatientes Sampedrinos caídos en el Combate de la Vuelta de Obligado. Ellos son el citado Rivero, Ceferino Celada, Pedro Pan y Agua y Santiago Moreira. Dos calles de la Ciudad fueron bautizadas con los nombres de los dos primeros.

Fueron muchos los Sampedrinos caídos en el combate. Lamentablemente sus nombres se han perdido por falta de rigor en el momento de la leva, de ahí lo valioso del trabajo de investigación, ya que el mismo nos ha permitido, con estos cuatro nombres, homenajear a todos los hijos de esta Ciudad caídos ese 20 de Noviembre de 1845.

El combate cubrió de gloria el nombre argentino, desprestigio el bloqueo e hizo comprender la justicia argentina a muchos adversarios de Rosas.

La resistencia se mantuvo admirablemente. Las provincias suplieron a la importación, y sus producciones artesanales crecieron en forma complementaria con la economía bonaerense. Al cabo del tiempo el bloqueo resultaba un fracaso político, militar y económico, por su costo y las continuas subvenciones dadas a Montevideo.

Las grandes potencias enviaron sus mejores diplomáticos, que retornaron fracasados, sin doblegar a Rosas.

En 1846 llego al Plata, enviado por ambos gobiernos, el ex cónsul Thomas Samuel Hood y sus propósitos de arreglo no tuvieron éxito a pesar de su buena voluntad. El repetido fracaso de los diplomáticos europeos agudizaba el problema y tenía visos de nunca acabar.

Por ello, a comienzos de 1849, el Premier Palmerston envió a Buenos Aires a Henry Southern munido de especiales instrucciones, quien tras arduas negociaciones anuncio que su país aceptaba la posición defendida por nuestro gobierno.

Concluyeron las deliberaciones con los tratados Southern-Arana (24 de Noviembre de 1849) y Arana-Lepredour (31 de agosto de 1850) cuyos puntos análogos establecían: suspensión de hostilidades en Uruguay, devolución de Martín García y barcos apresados, reconocimiento de la exclusiva jurisdicción y control argentino sobre sus ríos interiores, consideración del general Oribe en su investidura legal.

El pabellón argentino seria solemnemente desagraviado. La victoria estaba totalmente consumada. Los cañones de la fragata Southampton, " saludaron con 21 disparos de desagravio y homenaje a una humilde bandera, desconocida del mundo, pero no ignorada por ellos”.

Manifestaciones de San Martín

Cuando el Libertador don José de San Martín se enteró del bloqueo a los puertos de la Confederación, inmediatamente le escribió a Rosas ofreciendo sus servicios de militar, y cuando tuvo noticias de los acontecimientos de Obligado, realizó otro tanto con el General Guido inmortalizando la frase: “que los Argentinos no son empanadas que se comen sin más trabajo que abrir la boca”.

En marzo de 1849, Rosas contestó una carta al Libertador en los siguientes términos:

"Nada he tenido más a pecho en este grave y delicado asunto de la intervención, que salvar el honor y dignidad de las repúblicas del Plata, y cuando más fuertes eran los enemigos que se presentaban a combatirlas, mayor ha sido mi decisión y constancia para preservar ilesos aquellos queridos ídolos de todo americano. Usted nos ha dejado el ejemplo de lo que vale esa decisión y no he hecho más que imitarlo. Todos mis esfuerzos siempre serán dirigidos a sellar las diferencias existentes con los poderes interventores de un modo tal que, nuestra honra y la independencia de estos países, como de la América toda, queden enteramente salvos e incólumes." (Juan Manuel de Rosas).

“No puedo concebir que haya americanos que por un indigno espíritu de partido se unan al extranjero para humillar a su patria y reducirla a una condición peor que la que sufríamos en tiempos de la dominación española. Una tal felonía ni el sepulcro la puede hacer desaparecer."

Posteriormente antes de fallecer en 1850, determino como una de sus últimas voluntades

“El sable, que me ha acompañado en toda la guerra de la Independencia de la América de Sur, le será entregado al general de la República Argentina, don Juan Manuel de Rosas, como una prueba de la satisfacción que como argentino he tenido al ver la firmeza con que ha sostenido el honor de la República contra las injustas pretensiones de los extranjeros que trataban de humillarnos."

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Epilogo del Estado Comunitario 




Jacques de Mahieu


ESQUEMA PARA UNA REESTRUCTURACION POLITICA DEL PAIS 
I - OBJETIVOS 

l. Realizar una profunda revolución de estructura en los campos político, económico y social. Lo que implica: 

2.- Devolver al Estado la eficacia que necesita como órgano de síntesis, conciencia y mando de la Comunidad nacional. 

3.-Estructurar un orden comunitario para una so-ciedad orgánica sin clases económicas.

4.-Transformar el sistema económico mediante la conversión de la empresa ,-industrial y agro-pecuaria- en una comunidad jerarquizada de productores.

5.-Promover el desarrollo, en todos los campos, mediante una adecuada planificación y una política monetaria al servicio de la economía.

6.- Devolver al país la posición que le corresponde en Latínoaméríca mediante la acción política y económica adecuada en el marco de la Asociación Latinoamericana de Libre Comercio y, especialmente, en el Cono Sur.

7.-desarrllar una política internacional positiva mas allá de las posiciones de los dos bloques en pugna.

II. -ESTRUCTURA DEL ESTADO

A.- Principios

1. El Estado dirige la evolución histórica de. la Comunidad en todos sus aspectos. Es unitario en su estructura y autoritario en su acción.

2.-El Estado se limita al ejercicio de su función rectora, respetando y fomentando la auto conducción y los fueros de los grupos sociales y comunidades intermedias.

3.- Todo funcionario del Estado, cualquier sea su jerarquía, posee plena autoridad y res-ponsabilidad en su campo de acción.
B. Estructura

1. El Presidente de la Nación, jefe del Estado, desempeña el cargo por diez años, renovables (1). Está por encima de los tres poderes del Estado.

Objeto: asegurar la unidad y continuidad del poder.

(1) Es teóricamente deseable que el cargo tenga carácter vítalicio. Pero, en un país desprovisto de aristocracia y cuya tradicion política fue quebrada hace tiempo, la inamovilidad podría ser factor de abusos y despreocupación.

2. El Presidente de la Nación es elegido, entre sus miembros, Por el Consejo de la República, a cuyos integrantes designa por seis años, renovables.
Objeto: asegurar la sucesión presidencial, sin solu¬ción de continuidad.

3. El Consejo de la República asesora al Pre-sidente de la Nación, que lo preside, y arbitra los conflictos entre los poderes del Estado.

4. Del Presidente de la Nación depende el Consejo Nacional de Planeamiento, a cuyos miembros designa y separa el jefe del Estado, y que tiene por misión la planificación técnica en todos los campos.

5. El Poder Ejecutivo está constituido por los Secretarios de Estado, a cargo de los distintos departamentos ministeriales, a quienes designa y separa el Presidente de la Nación.

6. Cada Secretario de Estado está asistido por uno o varios consejos asesores, a cuyos miembros designa y separa.

7. El Poder Legislativo está constituido por:

a) El Senado, compuesto por los representantes de las Provincias.
Objeto: asegurar la representación de los Estados federados.

b) La Cámara de las Comunidades, integrada por los representantes de los cuerpos constituidos de la nación y de los gremios (2).
Objeto: asegurar la representa ció n de los grupos orgánicos y counidades intermedias.

(2) En una primera etapa, el gremio está compuesto por la federación sindical y la federación patronal de una rama de la producción; posteriormente por las empresas de la rama, consideradas en su unidad orgánica y unidas en una comunidad económico-social.

8. La iniciativa 'en materia legislativa pertenece al Presidente de la Nación, a los Secretarios de Estado y a los Gobernadores de Provincia. En caso de votación negativa o enmienda por parte de las Cámaras, el Presidente de la Nación puede promulgar la ley por decreto. En caso de votación positiva de un texto no propuesto por él, el Presidente de la Nación puede ejercer el derecho de veto.
Objeto: asegurar la discusión de los textos legislativos por los representantes del pueblo y la decisión final del Poder --comunitario.

9. Todo texto legislativo; antes de ser pre¬sentado a las Cámaras, es redactado o revisado por el Consejo jurídico, a cuyos miemdesigna y separa el Presidente de la Nación.
'
10. El Poder judicial está estructurado como en la ctualidad. Todo fallo de la Suprema Corte en materia que hace al poder del Estado puede ser observado, antes de que entre en vigencia, por el Presidente de la Nación, quien puede, en caso de confirmación por la Corte, rectificarlo por decreto.
Objeto: asegurar a la vez la independencia de la Justicia y la primacía del interés comunitario.

11. Los gobiernos provinciales se estructuran del mismo modo que el gobierno federal, salvo en cuanto al Poder Legislativo, que no comparta senado. La Cámara Provincial de las Comunidades designa al representante de la Provincia en el Senado Federal.

12. Cada comunidad intermedia (provincia, municipio, gremio, etc.) desempeña el poder legislativo dentro de su ámbito natural, pudiendo los textos así elaborados ser vetados o enmendados por la instancia política inmediatamente superior.
Objeto: asegurar a la vez la autonomía de las comunidades intermedias y La unidad de la conducción política

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El pancracio

















El pancracio o en griego pankration, era una de las antiguas disciplinas olimpicas de combate cuerpo a cuerpo, junto al Pugilato y la Lucta, en la Grecia antigua y el Imperio Romano. Se permitían los puñetazos, rodillazos, cabezazos, patadas, codazos, etc... Más o menos estaba permitido todo empujar, derribar, luxar, estrangular, pisar o/y patear a un rival en el suelo caido, saltarle encima, etc... Ni los genitales eran respetados, asi como tirar del pelo o casi cualquier tipo de agresion que se pudiere hacer con el cuerpo humano, a excepción de morder y sacarse los ojos. Puesto que en el pancracio no eran de aplicación las reglas de la lucha perpendicular, el combate duraba hasta que uno de los oponentes desistía, lo cual se señalaba levantando un dedo.


Este tipo de combate sin embargo llego a ser mucho mas tecnico y menos cruento de lo que parece, o asi lo creyeron muchos por entonces al considerar el Pugilato, una disciplina mas sacrificada en cierta manera (a tenor del castigo a recibir en ambas diciplinas). Por ello figuraba antes en el programa olimpico, ya que los atletas por entonces destacaban en varias disciplinas olimpicas, que a veces podian ser muy dispares entre si, y debian recuperarse lo antes posible para las otras pruebas. Esto hecho no le quitaba merito a esta disciplina bajo la visión de los helenos, ya que el nombre que le dieron a esta disciplina evoca un claro sentido de superioridad sobre las demas disciplinas atleticas y marciales. Pankration venia a significar "todas las fuerzas juntas (unidas, en una, etc...)



 Igualmente por entonces y en cierto modo similar a hoy en dia, los combatientes clasicos eran bien instruidos tanto en la lucta (lucha libre), como en el pugilismo (boxeo), antes de pasar al Pankration. Los pankratistas tenian un programa de acondicionamiento fisico basado en el atletismo, la gimnasia y el trabajo con halteras. Aquellos que competian por entonces en el pankration habian sido con anterioridad instruidos en la mayoria de disciplinas deportivas de la epoca, lo que da una idea que eran los atletas por excelencia dentro de Grecia y sobre todo en Esparta, donde esta disciplina era obligatoria en la Agoge.


Los golpes en la cara, la aplicación de presas de aplastamiento o de estrangulación, la rotura y la dislocación de miembros también eran técnicas de mucho éxito. Ademas gracias a algunos textos y vasijas, se contemplan tecnicas de pierna o rodilla, que parece que fueron arsenal muy propio de esta competicion y en las distintas palestras del mundo antiguo. Anecdotico el premio de un burro, que ironicamente regalaba el famoso médico Galeno, por las patadas y cozes que estos atletas empleaban en el combate. Por entonces los pugiles ya usaban sacos, cuerda, sombra, etc... los luchadores contaban con pesas y la gimnasia, estas formas de entrenamiento y aparatos eran cotidianos en la preparación del pankratista, ya que todos ellos entrenaban juntos en las palestras.


Todo este circuito competitivo duro cerca de unos 1.000 años, y abarco en su periodo final, lo largo y ancho de todo el imperio romano. Por entonces el pancracio paso a ser una competencia donde las diversas etnias del vasto imperio tuvieron acceso y competitividad entre si, como sucede en nuestros dias. Para los romanos esta disciplina al igual que las otras dos (lucta y pugilato), eran esenciales en la formacion de los gladiadores. Si estos se quedaban desarmados, solo les quedaba el pancracio para defenderse. Ademas las peleas entre pankratistas eran platos menores en los juegos gladiatorios. Una vez tomado el poder las clases cristianas dentro del imperio, el pancracio al igual que el resto de disciplinas olimpicas, fueron prohibidas por sus origenes paganos, quedando estas discilinas casi exclusivamente dentro del mundo militar (legiones).

Durante toda la edad media el conocimiento de tecnicas militares fue de uso casi exclusivo de las clases aristocraticas o guerreras, a exepcion de la lucha que siempre fue costumbre ludica del pueblo llano. Esto no quita que en ocasiones hubiesen peleas no deportivas de naturaleza similar, incluso en algunos casos entre expertos guerreros adiestrados en diversas disciplinas marciales de la epoca. A finales del medievo, se empezaron a redactar los primeros manuales para la lucha.



No seria hasta el Renacimiento cuando volveremos a leer algo sobre el Pancracio o Pankration. Debido a una obra que trataba de recuperar los valores atleticos de la sociedades greco-romanas, "El arte de la ginnastica" de Hyeronimus Mercurialis en 1569, se vuelve a tener constancia de esta modalidad atletico marcial.


Ya durante el XVII el pugilismo cobro de nuevo vida en Inglaterra. Estos combates tenian tan pocas normas que en algunos casos pudieron asemejarse a los de pancracio, pero el espectaculo del boxeo ingles se basaba ante todo en un combate de pie. En el siglo XVIII dentro del mundo anglosajon, disciplinas como la lucha y el boxeo, empezaron a ser populares y valoradas formas de entretenimiento o entrenamiento.


Algunos espectáculos de combates sin reglas se realizaron a finales del siglo XIX, representando un amplio abanico de estilos de combate, incluyendo Boxeo, Jujutsu, lucha libre, Savate, etc... en torneos y desafíos a lo largo de toda Europa. Hasta el siglo XIX no se tiene constancia de eventos donde se expusieran combates casi sin reglas o sin ninguna, lo que no quita que como es logico, los duelos sin armas siempre existieron y existiran, pero no hay apenas documentacion de combates de este tipo en occidente hasta el XIX, donde se le solia referir como lucha libre profesional.

El pancracio fue desestimado por los creadores de los primeros Juegos Olimpicos modernos a muy finales del siglo XIX y comienzos del XX. El ímpetu de la lucha libre profesional se apagó después de la Primera Guerra Mundial, para renacer posteriormente en dos corrientes principales: 1ª Eventos casi circenses, usando coreografías y exhibiciones gimnasticas, que desembocó en la lucha libre profesional de nuestros dias (Professional Wrestling). 2º En la penumbra durante decadas lo que hoy llamamos artes marciales mixtas (AMM) o MMA (Mixed Martial Arts)

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